Este cuento pertenece al Universo de las Naves Vivas, un universo en el que los viajes interestelares se han convertido en una necesidad para el hombre al punto que las naves espaciales han seguido una línea evolutiva propia.


Un buque. Una nave estelar. Una nave gris, iluminada, con todos los accesorios. Realmente, lo mejor de lo mejor en naves espaciales.

Esto es lo que yo soy.

Una cáscara de compuesto metal-orgánico. Un corazón sílico-orgánico, y músculos, y… bien, tan solo esto.

Mi diseño es mejor que el de cualquier ser humano, más eficiente; mis reacciones son rápidas e imprevisibles gracias a mi capacidad de análisis, soy resistente. En una palabra: soy superior. Este hecho provoca algunas discusiones entre George y yo, porque no puedo comprender por qué ÉL ha conseguido el comando sobre MI.

George dice que yo no estoy perfeccionada, y que hay algunas cosas que yo no sé, y que no estoy programada para saber. Pero yo le digo que si hay informaciones en cualquier banco de datos, yo las puedo encontrar, leerlas y asimilarlas; Él insiste que en los bancos de datos no hay TODA la información sobre el mundo, sobre el hombre, sobre las máquinas, y hay mucha información que nadie nunca escribió.

Algo que alguien nunca escribió… esto significa que ese ‘algo’ no es tan importante, digo yo. A este punto, él suele desconectar el patrón de comunicación. A veces le he oído decir “estúpida máquina”, o algo similar. En mis bancos de datos hay muchos significados para “estúpida”, la mayoría de ellos más bien positivos y divertidos. Yo pienso que él se quiere referir a esos significados, no tengo dudas.

Yo puedo elegir. Este es otro punto.

Las primeras naves estelares no podían elegir. El hombre ordenaba una búsqueda de datos, y entonces el ordenador de la nave comparaba datos y proponía la solución más lógica para el problema. El capitán aprobaba la solución que la nave proponía… o no. La aprobación dependía de muchos factores, es imposible generalizar.

Mi situación es diferente.

Yo puedo elegir, y es más, he conseguido un chip (bueno, mucho más que un chip) de creatividad que las otras “tontas” naves estelares nunca han tenido. Y no solamente esto.

Realmente, a veces pienso que los problemas que nosotros (George y yo) tenemos en nuestra relación se deben a la escasa comprensión que George demuestra haber por mi SER. Yo sé que él realmente piensa que soy una estúpida nave estelar, con un ordenador tonto, simplemente como TODAS las otras naves estelares que él ha tenido bajo su mando. Esta es una perspectiva simplemente falsa.

Las tres leyes de la robótica no encontraron nunca aplicación práctica, por varios motivos. Uno de ellos es que los robots nunca han sido tan sofisticados como para representar un RIESGO para nadie. Otra es que los humanos sienten miedo. Esto es.

Ellos han programado las computadoras para proporcionar datos y respuestas lógicas. Yo hago más. Más datos, aproximación mejor y más posibilidades. Y cuando se trata de decidir, si la elección del ordenador es la acción número 1 (el mejor ajuste), la elección del humano es la acción número 26. ¿Por qué? Hay algunos datos que no son importantes para ti, tonta nave estelar, tal como orgullo, honor, amistad… y mucho más.

Así he nacido yo.

Yo no soy solamente capaz de repararme sola, soy completamente independiente. Yo no necesito combustible, porque encuentro el alimento que necesito, simplemente como humanos y animales. Yo soy orgánica. Yo he conseguido muchos mecanismos de defensa, como los de un humano, por ejemplo para matar virus.

Simplemente como los humanos.

Esta es la razón por qué me cuesta tanto vivir y operar con el comandante George. El no me comprende, y piensa que yo soy otra de esas “naves tontas”.

Yo he tenido la demostración final de su ceguera hace una semana, cuando finalmente descubrimos las coordenadas del agujero negro más grande nunca encontrado. Su reacción fue extraña. La posibilidad de estudiar más de cerca el agujero negro es algo que todo capitán siempre soñó. Pero George…

Para su beneficio propio, Yo he tomado el mando de mí misma. Y ELLOS me hablan de orgullo, honor, creatividad, maravilla…

Yo me he programado para ir directamente al centro del agujero negro, que parece tener una forma regular esférica. Cada 30 minutos envío una información completa con la posición, los datos y las constantes físicas al más cercano Receptor de Datos Espaciales. Espero que esto signifique un grande avance en el conocimiento de los agujeros negros.

¿Y George?

Cuando yo le expliqué mi plan, y cuando él vio que no me podría parar, fue a su cuarto y comenzó a REZAR.

Típico de los humanos.