Relatos de Ciencia Ficción

Mes: febrero 2012

No muy breves: El Expediente

Inauguramos una nueva sección del blog, con algunos relatos algo más largos. El primero de ellos es El Expediente, que también ha sido publicado, traducido al inglés y retocado por el editor, Lyndon Perry, en la revista americana Residential Aliens, como anunciamos hace unas semanas.

Me pareció buena cosa empezar por este relato, ya que estoy escribiendo un nuevo relato de esta serie, para su publicación en MTNH vol. 3 (que está a punto de ser completo, evidentemente la crisis económica me impulsa a escribir más para desahogarme; o a lo mejor es la carencia de sueño…).

Así que… ¡espero disfruten con la lectura de este relato fantacómico!

Nuevo relato en FoxxFlash

Aquí va un nuevo relato, quizás más adecuado para Halloween. El título de este relato es VACÍO, y es un relato de menos de 500 palabras, es decir, unos 3-5 minutos.

Espero que os guste, lo podéis encontrar en la página de FoxxFlash o, para más facilidad, podéis hacer click en este enlace.

MiniSerial: Squeeze #7

Y aquí acaba este MiniSerial

Epílogo

Cuando fui a la Taberna del Viajante, noté enseguida que algo no funcionaba como antes; mis compañeros habituales parecían haber cambiado de actitud; o quizás ero yo él que no funcionaba, no iba bien, él que había cambiado al fin y al cabo.

Me senté en la barra y Rubén me miró interrogante.

-¿Cómo ha ido?- me preguntó.

-Sobrevivido- respondí. –Gordon no.-

-¿Has perdido?-

-Él más.-

-¿Pero tú?-

Decidí no contestar, y me volví hacia un grupo de personas que no conocía; cambié radicalmente de tema.

-Dime, Rubén, ¿conoces a esas personas?- le pregunté indicando el grupo.

-Algunos.-

-¿Y algunos de ellos juega?-

Rubén me miró, con una mezcla de sorpresa y de terror en los ojos. Luego me sirvió un cóctel de los suyos.

-Invita la casa- me dijo. –Es el último, en un principio, aunque no puedo prohibirte venir aquí. Quédate lejos de mis clientes y no armes líos.- Su tono de voz no admitía réplicas.

No entendía. No entiende.

Ser consciente de tu destino, saber exactamente de qué vas a morir, vivir con la adrenalina que te fluye, deliciosamente, en las venas.

Él que no lo prueba, no lo puede entender.

Y él que lo prueba quisiera no poderlo entender.

Espero os haya gustado.

Hasta el siguiente!!!

MiniSerial: Squeeze #6

Y por fin, el desenlace:

Revelaciones. El destino de los condenados.

-Tu también. Ahora estás condenado, exactamente como yo. Con la diferencia que a mi me queda poco tiempo para jugar.-

-¿Condenado? ¿Condenado a qué?-

-Condenado a jugar- contestó él sin darle demasiada importancia. -Nos ha pasado a todos, hace tiempo. Es como una droga, pero no lo puedes dejar.-

-¿Y porque?- pregunté, siempre más perplejo.

-La explicación técnica está en el mordisco que te dio la bolita. En ese momento te ha inoculado una sustancia que hace más débil tu físico y, sobre todo, tu voluntad. Ahora estás obligado a jugar, sólo espero que tu físico sea lo suficientemente fuerte para poder resistir unos años antes del mordisco final. Te encontrarás con otros esclavos de las bolitas, como tú, jugaréis vuestros partidos y, si eres bueno, verás muchos mordiscos finales en los tobillos de tus compañeros de juego. Yo he visto decenas de ellos.-

Pensé que estaba exagerando, pero una especie de picor en el tobillo derecho me hizo sospechar que cuanto Gordon me acababa de decir era la triste verdad. Una vez llegados al segundo punto de salida, mi bolita salió como por arte de magia de los hierbajos que rodeaban las plataformas de salida.

-Te toca empezar- me dijo Gordon.

Acordándose de las pocas informaciones de las que disponía, me concentré a fondo, golpeé y conseguí llegar casi a green. El golpe de Gordon fue más desafortunado: golpeó la rama de un árbol y se hundió en el rough pocos metros a los lejos. Su derrota se empezaba a oler en el aire. Se acercó a su bolita, y con un buen golpe consiguió acercarse a la mía. Yo, por mi parte, estaba claramente jugando con ventaja.

Cuando conseguí ganar el hoyo, vi palidecer a Gordon; y cuando su bolita le mordió gritó de dolor. Reí.

-No seas melodramático, a mi también me ha mordido el mío– le dije ingenuamente.

-No entiendes, no puedes entender- dijo llorando; -el dolor aumenta mucho en cada mordisco, y para mí creo que se ha tratado del último mordisco. Siento solo haberte involucrado en eso y no haberte podido explicar algunos trucos útiles.-

Silenciosamente, me di cuenta, habían aparecido otras bolitas de entre la maleza. Gordon no se había percatado y seguía quejándose, hasta que se dio cuenta de mi incomodidad, y de un hecho: ¡le estaban rodeando!

Se puso de pie e intentó huir, pero pronto le alcanzaron las primeras bolitas; no pensaba que serían tan voraces. Una vez vi un documental de aquellos peces terrícolas llamados piranha, y las bolitas atacaban usando la misma técnica.

Y con el mismo resultado.

Del pobre Gordon no quedó mucho, pocos minutos después. Solo su chándal densomórfico, que me apresuré a recuperare; las bolitas me miraban, satisfechas.

¿Cínico?

Quien no conoce Squeeze no puede juzgar mi cinismo. Se lo dije a Rubén.

 

Pero para el epílogo… se deberá esperar la próxima semana

Relato en FoxxFlash

En el apartado FoxxFlash os dejo un nuevo minirelato, POLVO, 600 palabras de progresismo apocalíptico.

Tiempo de lectura estimado: 3 minutos (no hay excusas para no leerlo).

MiniSerial: Squeeze #5

En el vivo del partido…

El partido

Su primer tiro llegó a pocos metros del green. No me sorprendió, Gordon tenía mucha práctica con este juego. En cambio, me sorprendió mi tiro, que llegó a una decena de metros del suyo.

-No está mal para un principiante- me dijo, dejando entrever cierta decepción.

Eso también me pareció extraño. Un jugador, incluso un deportista, por competitivo que sea, debería admirar las proezas del contrario. Y la mía, hablando sin falsas modestias, era precisamente una proeza. Por ser la primera vez que agarro un palo, llegar donde había llegado era un gran golpe. Y, en fin, era solo un juego, no había razón de tomarse las cosas tan a pecho.

Así se lo dije a Gordon.

Y así, mientras nos acercábamos a nuestras ‘bolas’ me di cuenta de que me equivocaba.

-Este juego es el juego de la vida- me dijo. No le entendía, pero tenía que tirar otra vez, ya habíamos llegado a la altura de mi bolita. Intenté concentrarme pero la falta de práctica me hizo cometer un error, muy común entre los principiantes, y vi como la bolita botaba en el green para acabar en el bunker a pocos metros de distancia. Gordon, en cambio, con un golpe magistral colocó la bolita a pocos centímetros del hoyo. Me congratulé con él.

-No hace falta, querido. En breve me maldecirás por este buen golpe.- Exagerado, pensé.

Con el tiro siguiente conseguí llegar a green, nada mal. Podía cerrar el hoyo en par. Pero Gordon jugaba con ventaja, y no falló el birdie. Había ganado el primer hoyo; todo según guión, lógico. Pero no me esperaba lo que iba a pasar justo después.

No me esperaba que mi pelotita me mordiera.

Cuando oió mi grito, Gordon se dio la vuelta instintivamente, y me miró compasivo. –Tranquilo- me dijo.- Duele siempre un poco la primera vez, pero luego uno se acostumbra. Ahora sí te puedo explicar todos los trucos del juego, incluso porque creo me queda poco tiempo de vida.-

Era una declaración muy contundente, pero el mordisco de la bolita me había dejado aturdido, no sabía si por el susto o por las eventuales consecuencias. ¿Era venenosa? ¿Era dañina de alguna forma para el hombre?

-Ambas cosas- me dijo.

Y sus enigmáticas afirmaciones empezaron a tomar forma.

 

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