Relatos de Ciencia Ficción

Mes: noviembre 2011

Flash: PROTEGER

Este relato es tan corto que no voy ni a abrir una nueva página para ello, os lo dejo seguidamente.

Espero os guste.

PROTEGER

Eran momentos difíciles, entonces, a principios del Siglo XXI. La crisis económica había desatado monstruos que se creían extintos hace decenios. El desconcierto era tan generalizado que hasta cuando alguien decía algo sensato, muy pocos le hacían caso.

El modelo económico occidental, basado en el consumo, se había derrumbado. El modelo asiático-comunista, basado en el aprovechamiento de los trabajadores por su propio bien, sufrió la misma suerte poco después. Ya no se sabía qué producir para ganar dinero. Faltaban ideas, faltaba fantasía.

Cuando alguien tenía ideas, tenía fantasía, entonces, en lugar de ser visto como el posible salvador de la especie humana, se convertía en amenaza.

Era el caso de Mario Antonini, un ingeniero italiano que vivía en un pueblo en las afueras de la ciudad de Módena, rodeado de cultivos de maíz y trigo.

Mario tenía una gran imaginación. Y muchas ideas. Lo cual le convertía en un ser muy, muy peligroso. Consciente de sus calidades, y de los riesgos que suponían por su integridad física, concentró sus esfuerzos en protegerse. Ideó elementos automáticos de detección de intrusos, defensas de reflejo que se activaban en caso de necesidad, hasta un sistema de protección contra misiles teledirigidos.

Su casa se convirtió en un fortín inexpugnable. Su éxito fue tan rotundo que al final se convirtió en prisionero de sus mismos inventos.

Antes de morir de inanición escribió en un papel, que fue encontrado un siglo después, cuando las defensas sin mantenimiento empezaron a derrumbarse, un frase tragicómica.

-Lo mejor de todo- escribió, ya casi sin fuerzas -es que todavía no he tenido tiempo de inventar algo que valiera la pena custodiar con tanto esmero.-

MiniSerial: Error de Transcripción #8

Y aquí… el gran final!!! (O no???)

El trabajo era complejo. Tenían que analizar los videos de los suicidas, y al mismo tiempo los textos que se intercambiaban los dos hermanos. Era muy curioso, una especie de cruce entre el chat y el juego de adivinar el título de una película. El análisis no era sencillo ni rápido, y les llevó unos días.

La verdad es que los dos hermanos se comportaron muy bien, especialmente Pedro, con quien mantenían una relación muy estricta. Los dos investigadores habían trasladado su oficina en el chalet de los hermanos, ellos habían cancelado todas las citas pendientes y no estaban aceptando de nuevas. Estaban haciendo equipo para entender lo que pasó.

Y al final lo consiguieron. Gracias a un destello, un reflejo, algo disonante que Pedro percibió en la pantalla que su hermano leía a sus pacientes de forma mecánica, automática, sin llegar a tener conciencia de lo que decía para así evitar la posibilidad de repetirlo de forma involuntaria. Los tres se miraron, los rostros de los tres revelaban un mixto de sorpresa, asombro, y también de alivio. Habían dado con la clave.

-Yo no he escrito eso- se apresuró a decir Pedro.

-Ya lo sé- se apresuró a contestarle Teresa.

-Pero allí está- se apresuró a comentar Martín.

Y nadie se apresuraba a explicarle a Pablo lo que había ocurrido.

-Es una expresión que uso mucho. Nuestros pacientes son a menudo personas que se encuentran simplemente en encrucijadas, y en esas condiciones hacen afirmaciones completamente desacertadas, auténticos disparates, se proponen acciones sin sentido, y es necesario reconducirlas a la senda correcta.-

-Lo sabemos. El problema es por qué el sistema de chat interno ha trasladado una frase deformada a tu hermano.-

-El problema no es este, Teresa.- Martín notaba como un peso enorme le aplastaba el pecho. -El problema es: ¿cómo se lo tomará Pablo?-

Nada bien. ¿Cómo iba a tomárselo bien? Descubrir que, sin saberlo ni darte cuenta, has sido el directo responsable de tantas muertes…

Una vida transcurrida ayudando a todos los demás, viviendo como un recluso, como una fiera enjaulada, consciente de este gran poder, decidido a usar su don solo para hacer el bien. Y ahora esto.

Cuando Pedro empezó a discutir con él por el chat la situación se veía tensa. Pablo estaba fuera de sí. Era evidente que el remordimiento le estaba comiendo las vísceras. Empezó con decir que esto era demasiado, y que evidentemente él mismo se había convertido en un problema más que en una solución. Y que ya no podía vivir con este peso. Pedro intentó calmarle, pero cuando vio que insonorizaba su habitación y se quitaba la mordaza y los cascos se dio cuenta que no había vuelta atrás. De nada le sirvió gritarle. No podía escucharle, y no le habría hecho caso de todas formas.

Cuando se desplomó delante de un espejo, los tres no podían saber con seguridad qué había ocurrido. No podían saber que le había sido suficiente decir una palabra para que todo se acabara.

-Muere- había dicho Pablo. Lo había dicho para sí solo. Ellos no lo habían escuchado. Pero así se había acabado la vida de un hombre que había utilizado bien su don. Se había acabado inesperadamente mal.

Y todo ello porque, cuando Pedro escribía en su teclado la frase “esto es un disparate”, en la pantalla de Pablo aparecía, para que la repitiera, la frase “esto es. Dispárate”.

***

Todos lloraron. Estos pocos días de trabajo e investigación habían acomunado mucho a los tres. Pero en la mente de Martín se estaba abriendo paso una duda.

Sabían lo que había ocurrido. Pero ¿cómo había sido posible?

Esta pregunta había quedado sin contestar.

Hasta el siguiente mini-Serial

MiniSerial: Error de Transcripción #7

Séptima entrega…

Este lugar parecía ser fuente inagotable de sorpresas. Al ver los rostros perplejos de los dos investigadores Pedro se sintió obligado a darles una explicación.

-Nos dimos cuenta de ello cuando éramos pequeños. A Pablo le bastaba con decir algo para que todo el mundo le obedeciera; este es su don y, a la vez, su maldición. Afortunadamente el don le tocó a él, y no a un sinvergüenza. Ya de pequeño se dio cuenta de la potencialidad de ello, y también de su peligrosidad; decidió usar el don para bien.

-Pero no debéis creer que haya sido fácil. Ni mucho menos. Él tiene que poner sumo cuidado con lo que dice, cuando lo dice y como lo dice. Porque las personas que escuchan su voz harán exactamente lo que él les diga. Y al crecer se dio cuenta de que él mismo no era inmune a su propia voz. Por ello hemos tenido que estudiar y realizar un sistema que le permitiría hablar sin escuchar su propia voz.-

Teresa y Martín seguían las explicaciones estupefactos. Era asombroso descubrir este don confiado a una persona corriente, y aún más sorprendente era ver como la bondad de esta persona le había llevado a un camino de donación hacia su próximo, hacia todos aquellos que de alguna forma necesitaban de una ayuda, de un empujoncito.

-El sistema que utilizamos es hoy en día bastante sencillo. ¿Veis este sillón? El que tiene una pantalla a su lado.- Ambos asintieron. -Allí se sienta mi hermano. Los oídos al descubierto, le gusta escuchar lo que las personas le cuentan. Previamente yo también he hablado con ellos, para empezar a situarme. Pablo me envía notas mediante el teclado que podéis ver al lado de la pantalla; todo funciona en tiempo real, así que es un poco como hablar, pero sin hablar. Yo elaboro sus notas y las junto con mis observaciones. Finalmente, cuando él considera que disponemos de todos los datos y que podemos actuar, me pide que elabore el mensaje.-

-¿Mensaje?- preguntaron ambos al unísono.

-Sí. Como os he dicho, las personas hacen lo que Pablo les manda hacer. Es importante que el mensaje sea muy corto, directo, pero es también necesario que la persona entienda el por qué debe de obedecer; de no ser así podría cometer fallos que la perjudicarían. Asimismo, Pablo no habla mientras la situación no esté realmente clara e sin posibilidad de equivocaciones.-

-Por lo tanto- le interrumpió Martín -y espero que no lo interprete como una ofensa o una acusación, Pablo podría inducir al suicidio uno de sus ‘clientes’.- Ambos investigadores se sentían de repente algo indefensos delante de semejante situación.

-Teóricamente. Por eso me preocupó mucho lo que me dijo. Yo escribo el texto en el sistema de mensajería interno, pero ni yo ni nadie escucha las palabras de Pablo. Ni siquiera las grabamos. Conservamos las grabaciones de todos los demás coloquios y de las comunicaciones escritas, pero nada más. Y descarto de forma absoluta la posibilidad que Pablo quiera hacerle daño a alguien. No lo ha hecho durante toda su vida.-

-Pero entonces- dijo Teresa -no podemos hacer nada.-

-¡En absoluto!- le contestó Pedro. -Podemos hacer mucho. Podemos revisar los vídeos y los textos. Es algo trabajoso, pero debemos empezar. Y vamos a empezar por la lista de nombres de los fallecidos.-

El rostro de los dos investigadores se iluminó. Por fin empezaban a ver la luz.

 

Relato publicado en miNatura

En el nuevo número de la revista miNatura ha sido publicado un nuevo relato flash, cuyo título es:

Asimov, el visionario

El índice del presente número de la revista se puede encontrar AQUÍ.

Si se prefiere, se puede ver directamente el PDF haciendo clic AQUÍ.

 

MiniSerial: Error de Transcripción #6

La sexta entrega, nos acercamos al final

La revelación de Pedro había sorprendido a los investigadores.

-Pero ¿qué hacéis? ¿Lavado de cerebro?- preguntó Teresa.

-No, querida. El lavado de cerebro no existe. No somos ninguna secta. Pero mi hermano tiene un don, un don que comparte con quien los necesita.-

-Por dinero- intervino Martín.

-Aceptamos donaciones, pero sólo de forma voluntaria; y no, no obligamos en este tema a las personas que ayudamos.- Una vez más se había adelantado al investigador. -Las queremos ayudar, no hundir en la miseria. Déjeme que les explique el proceso.-

Teresa y Martín se sentaron más cómodamente. La explicación parecía que iba a ser larga.

-Tampoco mucho.- Empezó Pedro.

-¿Telepatía? No, en absoluto. Es que estoy acostumbrado a leer el lenguaje no verbal de las personas. Llámenla deformación cultural si quieren. El hecho es que… ¿conocen Ustedes a la PNL? Ya veo que no.

-La PNL, o Programación Neuro-Lingüística, es una técnica que se utiliza para despertar reacciones automáticas en respuesta a un determinado estímulo. Es una técnica infrautilizada. Básicamente se usa para dejar de fumar y poco más. Es una pena.-

-¿Esto es lo que hacéis?-

-No exactamente. La PNL es una técnica que todos pueden aprender. En cambio, aquí seguimos otro camino. Seguimos a mi hermano, que tiene un don. Don y maldición. Eso es.

-Ahora iremos a verle en sus habitaciones. Allí está, allí es donde le mantenemos encerrado.-

-¿Encerrado?- Los dos investigadores habían reaccionado como un sol hombre.

-Y amordazado. Sobre todo amordazado. Él lo quiso, y nos dio instrucciones precisas al respecto. Instrucciones que, como entenderán dentro de unos instantes, no podíamos ignorar. Creo sea oportuno ir a verle, ahora, para que se puedan Ustedes dar cuenta.- Dicho eso, se levantó, y les invitó a que le siguieran.

Pasaron por un pasillo a otra zona del chalet; al chalet de al lado, mejor dicho. Por lo visto, los dos chalet comunicaban por el interior, de modo que los dos hermanos podían vivir su vida de modo independiente. O eso parecía.

Llegaron así a una zona diferentemente equipada. El hermano, Pablo, se encontraba en la zona de la sala de estar del chalet contiguo, que sin embargo no era accesible. Una pared de grueso cristal cortaba el paso. Permitía ver al hombre del otro lado, pero no se oían ruidos. De ningún tipo. Estaba libre de moverse, pero no de hablar. Efectivamente, estaba amordazado.

Levantó una mano para saludar. Pedro respondió a su saludo.

-Señores- dijo Pedro -les presento a mi hermano Pablo, el arma más peligrosa que el Creador ha dejado caer en la tierra.-

El thriller está servido…

MiniSerial: Error de Transcripción #5

La quinta entrega ya está:

Les llevaron algo de beber, rigurosamente sin alcohol. Y un té humeante con galletitas: para Martín eso era la felicidad.

-¿Con quién tenemos el placer?- preguntó Teresa una vez cómodamente sentada en el cuarto de estar de la ‘consulta’.

-Yo soy Pedro- le contestó el hombre que les había abierto la puerta. -Soy el coordinador de la consulta. Mi hermano Pablo es quien se ocupa de las personas que vienen buscando ayuda.-

“Pedro y Pablo” pensó Teresa. “Eso será lo primero que verificaremos, vaya tomadura de pelo.”

-Habrá oído hablar de la ola de suicidio que está afectando nuestra ciudad.- Martín era así. Sincero. Directo. Brutal.

-La verdad es que no. ¿De qué me está hablando?- Pedro también era así. Sincero. Sencillo. Viviendo en su mundo.

-¿Como puede no haberse enterado? ¡Si estos casos me están llevando de cabeza!- Luego, al darse cuenta, se corrigió a sí mismo. -Quiero obviamente decir que están llevando de cabeza a todo el departamento de policía.-

-Claro. Le había entendido perfectamente. Por lo visto tenemos aquí un problema.- Pedro se veía pensativo. -Pero no veo realmente como mi hermano Pablo y yo les podríamos ayudar. Solemos trabajar con personas vivas, los dones de mi hermano no se pueden aplicar a los fallecidos. ¿Los hechos han ocurrido cerca de aquí?-

Teresa y Martín se miraron con cara de “a ver, ¿nos está tomando el pelo o qué?” Al no ser que realmente no tuviera la más mínima idea de qué estaba pasando. O que fuera extremadamente listo y seguro de si mismo.

-¿Cuál es la peculiaridad de estos suicidios?- preguntó finalmente el huésped.

-Bueno, han sido todos suicidio por arma de fuego, lo cual no deja de ser curioso en un País como el nuestro, donde no es frecuente conseguir un permiso para llevar un arma- le contestó Teresa; inexplicablemente se sentía fuertemente empujada a contestar al hombre, aunque en realidad debería ser el recorrido inverso.

-Entiendo. Curioso. Y trágico.-

-Y todos habían estado en esta consulta unas horas antes.-

El rostro de Pedro se ofuscó de repente, evidentemente no se esperaba este tipo de revelación. Pero no perdió la compostura.

-¿Están seguros de eso?-

-¿Por qué razón habríamos venido, de no ser así?- Martín en estas ocasiones solía perder un poco los estribos y calentarse, pero estaba inesperadamente tranquilo, el hombre que tenía enfrente le inspiraba confianza. Increíble para cualquier observador externo, pero radicalmente cierto.

-Perdone, Pedro- interrumpió Teresa, presa del mismo sentimiento de paz y relajación. -Hay algo que no alcanzo entender. Mi conocimiento del fenómeno de los curanderos es limitado. ¿Me podría explicar qué tipo de curaciones se llevan a cabo aquí?-

-¿Curanderos? ¿Curaciones? Estás muy equivocada, querida. Aquí no se lleva a cabo nada de eso. Lo que aquí hacemos es quebrar la fuerza de voluntad.-

 

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