Relatos de Ciencia Ficción

Categoría: Relato breve (Página 2 de 4)

Relato Flash: Tres Minutos Después

En el apartado «flash» podrán encontrar un relato nada nuevo, que me apetecía publicar y compartir con todos Ustedes.

03Y USEDEn mi «Islas en el Universo» empecé un ciclo que luego abandoné; le llamé ‘islas dialógicas’ porque se trataba de escribir un relato en forma de diálogo, sin ningún comentario, así, crudo. Me divertí mucho al escribirlo, y estoy pensando en evolucionar todo el ciclo hacia piezas teatrales, que permitan ser representadas por pequeñas compañías o grupos de amigos.

Pero de momento aquí lo tenéis, como recordatorio…

Así que no pierdan el tiempo y léanlo enseguida AQUÍ

Relato Flash: Tiempo de Rayos de Luz

01Y USEDLo sé. He publicado ya CAUSA. EFECTO en su primera versión y he borrado todas las páginas con los relatos. Pero ahora he vuelto a escribir uno más.

Empecé a escribir un relato y conforme las palabras cobraban forma me di cuenta que encajaba bien en el ciclo: más aún, que la única explicación lógica se reportaba precisamente a una de las muchas trastadas del buen Gabriel.

Por eso, y por no disponer ya de página propia, prefiero publicarlo aquí, seguidamente. Lo incluiré en la segunda edición del Ciclo…

Otra aburrida reunión, y otra vez el becario no aparece.

Chris le había instruido adecuadamente, o eso creía. -Cuando hayan pasado diez minutos, entras corriendo y me dices que han llamado del Ministerio de Investigación y tengo una videoconferencia con ellos- le dijo. Claro, sencillo, más los becarios son siempre más tontos.

-Usted no deja de sorprenderme, jefe- le había contestado. -¿Cómo puede saber que le van a llamar desde el Ministerio justamente a esa hora?-

Chris suspiró. -Además, el Ministerio de Investigación Científica ha sido disuelto el mes pasado, cuando se decidieron los nuevos recortes presupuestarios- insistió el joven.

-¿De veras?- El estupor del director era sincero. -Entonces nosotros ¿de quién dependemos ahora?-

-Del recién constituido Ministerio de los Descubrimientos Científicos.- Cómo pudiera estar tan al corriente de todas las tonterías de palacio sin tener ninguna preparación científica y también pocas luces seguía siendo un enigma intrigante. -Todos recibimos nuestro sueldo de este Ministerio.-

-¿No habías dicho que había recortes presupuestarios?-

-Claro. Por eso.-

-¿?-

-En el recién constituido Ministerio de los Descubrimientos Científicos no trabaja ninguno de los funcionarios que trabajaban en el Ministerio de Investigación Científica. Todo el personal es nuevo.-

-Bien- dijo el director, satisfecho por no haberse enterado de nada y especialmente por seguir cobrando su sueldo exactamente como antes. Mismo perro…

-No exactamente mismo perro, en realidad todos los nuevos funcionarios son amigos o familia del nuevo ministro.-

-Pero serán en menor número.-

-¡Son más! En realidad cuando se habla de recortes quiere decir que se cortan las cabezas de los que están y se ponen los propios, y es necesario ofrecer algo más para conseguir más fuerza democrática.-

Aquí fue cuando al director del Observatorio empezó a surgir una duda. A lo mejor este becario no era precisamente un astrofísico, a lo mejor era simplemente…

-…el sobrino del Ministro, como ciertamente sabrá por haber leído mi dossier cuando empecé a trabajar aquí como becario.-

-¿Cómo? Ah, sí, cierto. Bueno, tú acuérdate de venir a llamarme cuando te dije.- Y le guiñó un ojo. Un enchufado debería entender cuando se dice y no dice a la vez porque lo que se debería decir no se puede decir y se tiene que dejar sobrentendido.

Por lo visto había calculado mal: el descaro sin límites de los recomendados les había hecho perder todo rastro de decencia y todo se hacía ya sin tapujos.

Cuando entró en la sala de reuniones le esperaban los diecisiete jefes de los subdepartamentos del Observatorio, la mayoría de ellos recién nombrados; lo cual tenía una explicación, ahora que el becario le había alumbrado en cuanto a los mecanismos de funcionamiento. Alguien podría preguntarse cómo es posible que una persona como este Chris, que se entera poco y mal de lo que ocurre a su alrededor, siga dirigiendo el Observatorio: la respuesta reside precisamente en las características de su manera de ser. Inofensivo. Inútil. Y por eso aceptable por parte de todos los bandos involucrados.

-Tenemos que entender más a fondo qué ocurrió en aquella ocasión, repito: podría volver a presentarse la misma catástrofe.- Quien estaba hablando era Pedro Picares, un físico geohistórico (Chris no sabía exactamente en qué consistía esa especialización, lo cual no era sorprendente: el número de titulaciones académicas se está multiplicando de forma exponencial).

Según su teoría, por lo que Chris consiguió entender, una explosión de rayos gamma, provocada quizás por la colisión de dos agujeros negros, habría originado unos misteriosos rayos cósmicos que golpearon al planeta Tierra a finales del siglo 8.

-Unos investigadores descubrieron, en los anillos de los troncos de los árboles, huellas de una radiación emitida por un acontecimiento cósmico aún no registrado. Los científicos dataron ese fenómeno en forma precisa en el año 724 o 785, sin encontrar una explicación. ¡Y esos científicos son italianos! Vamos, ¿cómo podemos confiar en sus resultados? Tenemos que investigar más.-

Nicola Sarenti y sus colegas de la Universidad de Nápoles analizaron el carbono 14 contenido en los anillos de crecimiento de una variedad de Pino Montano, pero hubo un pico también en los niveles de una forma alotrópica del Sodio en el hielo de la Antártida.

Los científicos hallaron en los círculos de los dos árboles correspondientes a los años 724 y 785 la evidencia de una fuerte subida de la tasa de carbono 14 de alrededor del 2 por ciento, un aumento aproximadamente 40 veces superior a las variaciones atribuidas a los cambios de actividad del Sol. Y este fenómeno parecía ser general, y se encontró incluso en otras partes del mundo, por lo menos en aquellas que correspondían a ese mismo tramo temporal.

La hipótesis de una erupción solar fue descartada, y algunos investigadores se percataron de que en algunas crónicas medievales se daba cuenta de la aparición de una “cruz roja” en el cielo después de la puesta del Sol. Hubo quién habló de la explosión de una supernova, a pesar de que con toda probabilidad los rastros físicos hubieran sido diferentes. Se crearon diferentes cultos centrados en la cruz esa, y hay quien afirma que las raíces históricas de la entidad que ahora lleva este mismo nombre tienen algo que ver con ese acontecimiento.

Otros científicos desarrollaron otra teoría para explicar ese misterioso bombardeo de rayos cósmicos: una súbita “erupción luminosa”. Los flashes, o erupciones de rayos gamma, son fenómenos que emiten durante breves segundos más energía que nuestra estrella en miles de millones de años de existencia.

-Técnicamente es plausible- volvía a insistir Pedro. -También se podría tratar de dos objetos estelares muy compactos (que podrían ser agujeros negros tanto como estrellas de neutrones o enanas blancas) que habrían chocado para fusionarse, causando ese desencadenamiento de energía y de radiación electromagnética.-

Una fusión de ese tipo provocaría una emisión de rayos gamma tan intensa como breve, como Chris fue descubriendo. Generalmente debería durar menos de dos segundos, lo que explicaría la ausencia de observaciones terrestres en esa época. En cambio, los diez minutos de los que había hablado con el becario habían pasado hacía ya tiempo.

Mediante los instrumentos modernos, los astrónomos pueden observar ese tipo de fenómenos en galaxias lejanas varios años luz, algo inimaginable en el siglo VIII. En cambio, el respeto por parte de los becarios a las instrucciones impartidas es y sigue siendo impredecible. Si había becarios en el siglo VIII ¡la de cosas que habrán pasado desapercibidas!

-Si la emisión de rayos gamma se hubiese producido más cerca, habría causado importantes daños a la biosfera. Incluso ahora, si ocurriera un fenómeno similar a miles de años luz de la Tierra, provocaría el caos en los sistemas electrónicos muy sensibles de los cuales dependen las sociedades avanzadas- reiteró Pedro. -Por eso necesitamos más dinero para investigar más en detalle lo que ocurrió entonces.-

Por fin. Hemos llegado al punto. Que le zurzan al becario.

-¿Cuánto?- preguntó el director.

-Necesitamos decuplicar las dotaciones económicas- le contestó el científico. -Y aumentar el personal dedicado a estos estudios, necesitamos un par de personas más. Podrían ser incluso mi hija y mi yerno, quienes acaban de terminar sus estudios de Rastrología y Gammarayología respectivamente.-

Allá va. Más enchufados.

-Lo que tú digas- se oyó decir a sí mismo. Todo con tal de dar por finalizada la reunión. No era su dinero y el resultado hubiera sido el mismo.

Quién sabe. A lo mejor alguien sería capaz realmente de descubrir qué ocurrió hace trece siglos, en aquella ocasión. Y hasta acertaría.

O no.

***

-¡Gabriel!- La voz de Dios había hecho temblar los cristales del laboratorio.

-Esta vez no estoy haciendo nada Señor- fue la pronta respuesta del asistente.

-Pero ¡por Mí Mismo! Ya te expliqué que si quieres sacar fotos de los experimentos no debes usar el flash. A ver qué repercusiones ha habido en los soles y los planetas.-

-Bueno, ya no lo haré más, sólo quería que los colores se vieran más vivos. Seguro que nadie se ha enterado de nada.-

Hasta el siguiente relato.

Flash: Hospitalidad sin limites

Cuando me enteré de un concurso literario organizado por una asociación canaria mi imaginación se despertó. En un primer momento pensé que no sería complicado escribir un microrelato de 500 palabras, pero luego me di cuenta que se estaba hablando de 500 caracteres. Difícil difícil. Además incluyendo signos de puntuación y espacios.

Así escribí el relato, accedí a la página de Facebook donde había que publicarlo y con un ‘copia y pega’ conseguí mi borrador, que excedía los 500 caracteres. Fui entonces recortando on-line hasta que el sistema me permitió publicar el relato.

Aquí, la versión antes de los recortes presupuestarios…

 

01 USEDTodo empezó cuando los extraterrestres llegaron al Teide y aparcaron su pequeña nave en la ladera del volcán.

Como es bien sabido los canarios somos muy hospitalarios, así que no pudimos resistirnos a ir a conocerles y entregarles unos cuantos dones de nuestra tierra; aquí solían llegar extranjeros pero nadie viniendo de tan lejos.

Pensamos que tendrían hambre y sed. Nada más conocernos nos pudimos entender con el lenguaje universal de la amistad.

Ahora la nave nodriza está enviando mensajes que no podemos entender, y tenemos miedo a que un malentendido les lleve a arrasar la Tierra.

¿Quién iba a pensar que nuestro vino les iba a gustar tanto?

Relato Flash: Hilos de esperanza

28He aquí otro relato, esta vez más al estilo descriptivo – suspirativo – etc; una pizca de amargor y de añoranza. Un mix de esperanza, porque la esperanza nunca se pierde, solo se dispersa por momentos para luego reagruparse y conseguir una nueva consistencia.

¿Qué más decir? Hacer clic AQUÍ y leer, no llega a las 1000 palabras, en cinco minutos ya está. Luego, otros 25 minutos de reflexión…

Relato breve: Preguntas Incómodas

-¿Por qué no los hemos visto nunca, papito?-

Preguntas de un niño de ocho años. Preguntas lógicas, sin respuestas posibles. O creíbles.

-¿Por qué?-

-Bueno, a lo mejor no han podido pasar todavía por aquí.- Respuesta clásica, estilo “niño, cállate”. Insuficiente.

-¿Es que no nos quieren? Han tenido tiempo para pasar.-

-Tranquilo, seguro que nos quieren.- Si es que nos conocen. O que saben de nuestra existencia. Qué complicado pasar el día con un niño.

-A lo mejor llegan dentro de poco.-

-Entonces, ¿les vamos a esperar? ¿Esta noche?-

Impaciencia. Tiene su appeal. -Bueno, no han avisado ni nada. Yo no les esperaría, si llegan podemos ir a recibirles rápidamente.-

-Entonces puedo dormir vestido.- No era una pregunta. Significaba que después de haberse dormido me tocaría ponerle el pijama. Solía pegarme en el sueño, a lo mejor le podría tapar con una manta y mañana se vería.

-Pero recuerda que no sabemos nada de ellos.-

-Sí, pero son buenos, ¿verdad? En el cole dicen que son más evolucionados que nosotros, y que seguro de un momento a otro van a aparecer, quizás en nuestro jardín.-

Sí, buena esa. No se ponían de acuerdo, estaban más preocupados por matarse unos a otros que por venir a visitarnos.

-Es posible, cariño. Ahora duerme.-

Le besé la frente. En unos instantes, ya se había dormido. ¡Niños!

¿Cómo quitarle la ilusión?

¿Cómo decirles que los habitantes del planeta Tierra, que ellos esperan con tanta ilusión, todavía no han descubierto el vuelo espacial?

Relato breve: Encerrado en su cuarto

He dejado abandonados mis lectores, lo cual es imperdonable. No vale como excusa argumentar que tuve mucho trabajo, a pesar de que sea la realidad. Ahora me estoy relajando un poco, y me puedo animar a proponeros más escritos.

Aquí va uno de los nuevos.

Algunos conceptos e ideas son muy difíciles de asumir por parte del ser humano; desde siempre el estratagema más utilizado ha sido la comparación con algo que fuera parte de la experiencia cotidiana del mismo hombre.

No es éste el caso.

Es muy fácil entender que un ser vivo nace, crece y se desarrolla en un lapso de tiempo determinado; dicho lapso de tiempo es diferente según la especie y las pautas son, a grandes rasgos, muy parecidas. En cuanto a crecer y desarrollarse las manifestaciones y los recorridos son de lo más dispar pero ninguna de ellas llega a los niveles de incoherencia y asombro de la adolescencia de los seres humanos.

Lo cual no nos ayuda mucho. Las estigmatizaciones nunca han sido beneficiosas.

Cada ser humano es una persona y cada ser no-humano es un ser no-humano; ir más allá de esta obviedad constituye para algunos una tarea ociosa e inútil, para otros una misión que llena de sentido su vida.

En realidad estas afirmaciones tampoco nos ayudan a entender lo que está ocurriendo.

Entonces, ¿por qué afirmar?

Un relator tiene sus motivos, un historiador también, y un simple ser humano que está mirando más allá de los telescopios orbitales más avanzados también.

No, no he dicho ser yo el ser humano que está mirando.

¿Entonces?

Un suspiro, profundo y helado como las tinieblas, capaz de apagar las estrellas más luminosas, recorrió un cuadrante entero de la Vía Láctea, afortunadamente bien lejos de Sol y Tierra. La criatura suspirante se veía obligada, confinada por invisibles campos de fuerza cuya naturaleza no se entendería en la Tierra. Lejos del objeto de su decepción, la criatura hundió su ser en una almohada de estrellas hinchadas, antes rojas y gigantes, ahora blancas y diminutas.

Y lloró, apagando algunas de ellas en un instantáneo flujo de lágrimas inconsistentes y bien dramáticamente dañinas para los tórridos astros.

Provocó algunos cataclismos, o así los podríamos considerar nosotros; verdaderas tragedias para algunos y al mismo tiempo algo indetectable para el ser mismo, empeñado en intentar adaptarse a sus problemas, a sus contingencias.

Un ser inimaginable por su mole y por su esencia, y al mismo tiempo un ser joven, que comete errores y que se rebela. Y cuando se equivoca, llega el castigo, injusto a sus ojos pero bien aplicado por sus superiores quienes se conforman a las leyes no escritas pero sí reales e inmutables.

Así, cuando el castigo llega, el ser se encuentra confinado en su cuarto, enorme según nuestra perspectiva de diminutos seres humanos, sin posibilidad de salir de ello.

Llorando lágrimas capaces de apagar estrellas.

¡Hasta el próximo relato!

Concurso Microrelatos LiceoWine

Mi microrelato ha sido admitido a la segunda fase del concurso LiceoWine, fase que prevé una votación en Facebook para determinar el ganador final. Es muy difícil, la competencia es muy dura pero estoy orgulloso de que un relato de ciencia ficción haya ‘pasado el corte’.

Los que tengan cuenta en Facebook pueden votar aquí.

Para los que no tienen cuenta en Facebook, aquí el relato antes de los cortes necesarios para caber en los 500 carácteres que pedían las bases del concurso.

Todo empezó cuando los extraterrestres llegaron al Teide y aparcaron su pequeña nave en la ladera del volcán.

Como es bien sabido los canarios somos muy hospitalarios, así que no pudimos resistirnos a ir a conocerles y entregarles unos cuantos dones de nuestra tierra; aquí solían llegar extranjeros pero nadie viniendo de tan lejos.

Pensamos que tendrían hambre y sed. Nada más conocernos nos pudimos entender con el lenguaje universal de la amistad.

Ahora la nave nodriza está enviando mensajes que no podemos entender, y tenemos miedo a que un malentendido les lleve a arrasar la Tierra.

¿Quién iba a pensar que nuestro vino les iba a gustar tanto?

 

Relato en Breves no tan breves

Me he dado cuenta solo ahora que la revista online BREVES NO TAN BREVES publicó un relato breve que envié hace un tiempo.

Lo siento, pido disculpas a los amigos del blog argentino, pero durante los últimos meses no he consultado el blog con la debida frecuencia.

Quien quiera leer este relato (bantante breve per no tanto, jeje) puede hacerlo AQUÍ. Se titula PREGUNTAS INCÓMODAS.

¡Hasta la próxima!

Aficionado a la ciencia

Este será mi gran invento.

Mis descubrimientos anteriores habían representado nada más que éxitos parciales. Aquella vez que construí un reactor nuclear e intenté cebarlo con la cal de las tuberías en lugar de utilizar uranio enriquecido: ¡qué ahorro! ¡Y qué limpio! Pero inexplicablemente los rendimientos no fueron los esperados. O también aquella vez que intenté potenciar la luz de una cerilla para generar un haz de fotones, cuando prendí fuego a las cortinas del cuarto de estar. Fue sin querer, y el haz de fotones me dio en toda la cara cuando mi esposa Rosita se enteró. Se le cayeron los pétalos y sólo le quedaron las espinas.

Pero esta vez he dado en el clavo.

Generaciones y generaciones de frikis adictos a la ciencia ficción (hay también frikis adictos a otras cosas, aunque sean minoría) me van a agradecer toda la vida por este invento, sueño y delicia: el teletransporte.

Muchos no lo creen posible. Muchos más siguen siendo escépticos. Todos ellos se enterarán dentro de poco. Estoy preparando la prueba general, y tengo que actuar con rapidez si quiero evitar la vuelta a casa de mi Rosita.

Rosita enseña cibernética en la Facultad de Ingeniería; sabe mucho y, a pesar de ello, es escéptica. Cuando, al quedarme sin trabajo, dediqué más tiempo a aquello que hasta ahora había sido una mera afición, se lo tomó mal. Lo considera una pérdida de tiempo. Cambiará de idea cuando vea la cantidad de dinero que voy (vamos) a poder ganar gracias a este gran invento.

Está claro que la idea del teleransporte para aterrizare en planetas desconocidos no va más allá de la ciencia ficción clásica, empezando por Star Trek y siguiendo por un sinfín de series televisivas y novelas. El atajo clásico para evitar la complejidad de los aterrizajes en lugares desconocidos.

Pero cuando la serie original de Star Trek empezó a proponer este método de transporte los satélites geoestacionarios no se habían inventado todavía. He aquí el punto fuerte de mi método de teletransporte. Hoy en día los GPS pueden definir una posición con una precisión de milímetros. Así que puedo disponer de un marco de referencia seguro para el punto de llegada.

El único vínculo consiste en conocer las coordenadas del punto de llegada; si me equivocara, el objeto teletransportado podría llegar quien sabe dónde. Tuve que diseñar un programa específico para gestionar esta información e integrarla con la información de la altitud: por una parte hace posible situarse en las mismas coordenadas en un piso específico de un bloque, por ejemplo; y por otra parte evita hundirse o fundirse en el asfalto de una autopista.

Parece funcionar todo bien. He organizado mi laboratorio de ensayo en el garaje, he probado el sistema con una barra de pan, y he conseguido teletransportarla a la cocina (lo cual me hace pensar también en las posibilidades de aplicación para los supermercados y las tiendas en Internet con entrega a domicilio). Es cierto, apareció algo más chamuscada y humeante que cuando la puse en el círculo de teletransporte. Pero sólo se trata de ajustes necesarios. Los frankfurt no se quejaron, y llegaron en su justo punto a los platos de los comensales.

Llamé al perro de mi esposa, Danko, un labrador inteligentísimo y cariñosísimo. No me quedaba mucho tiempo, ella volvería de la universidad dentro de poco y necesitaba probar los nuevos ajustes con algo vivo.

Danko llegó corriendo, y me dio un lametón en la cara, como de costumbre. Se lo expliqué brevemente. -Tienes que ponerte aquí sentado, en este círculo- le dije. -Notarás cómo una especie de cosquilleo y de repente te encontrarás en la cocina de casa, donde un paquete de galletas de las que te gustan te está esperando.- Si funciona con Scooby Doo…

Se sentó donde le dije, obediente como siempre.

El ordenador estaba encendido. Di paso al escáner tridimensional, que digitalizaría al perro para transferirlo de inmediato y reconstruirlo en el punto exacto que las coordenadas indicaban. El sistema era suficientemente rápido, y además al construir el esquema vectorial había introducido un sistema de compensación para eventuales movimientos del sujeto, del perro en este caso.

Una vez acabado el escaneado el perro desapareció. En la pantalla se veía la barra de progreso y la escrita “transfer in progress”. En este mismo momento escuché el coche de mi Rosita: acababa de llegar, y en el peor momento. Abrí la puerta del garaje para evitar que utilizara algo eléctrico que podría provocar interferencias.

-Hola cariño- dije poniendo cara de angelito. Como si picara.

-¿Qué has hecho?- me preguntó a quemarropa. -¿Otro de tus experimentos inútiles?-

-Este invento no es inútil, y podría revolucionar al mundo del transporte, y hacernos indecentemente ricos.-

-Me gusta la idea, pero creo entenderás mi escepticismo. ¿Estás haciendo pruebas?- Estaba mirando la pantalla del ordenador, dónde  la barra de progreso se encontraba en la misma posición en la que la había dejado poco antes.

-“Sistema de teletransporte intraplanetario”- leyó. -Suena bien. Altisonante. Orgulloso.- Yo ya estaba sonriendo: por fin algo que le estaba interesando. -Y parado.-

-¿Parado?-

-Sí, ¿ves?- Intentó mover el cursor del ratón, pero sin éxito. El ordenador no daba señales de vida. -Me temo que se ha colgado, espera unos minutos y si sigue sin responder haz un reset.-

Me había quedado sin aliento.

-Voy a ducharme, ha sido un día duro. Nos vemos luego y me cuentas, ¿vale?- Me dio un besito y entró a la casa. Se asomó enseguida. -¿Has visto a Danko? No ha venido a saludarme…-

-Estará por allí- le mentí a medias. Danko está por allí, efectivamente; el problema es que no sabemos qué significa “allí”.

Me dejé llevar por la rabia y el sentimiento de culpabilidad.

Justo en medio del proceso.

-¡Maldita sea! ¿Por qué he usado un ordenador con sistema operativo Windows para hacer funcionar el programa de teletransporte?-

Esperé que el sistema se consiguiera restablecer él solo al resetear.

***

El perro Danko se sentía raro. Era como si se encontrara suspendido en el limbo.

“Eso pasa por ser el mejor amigo del hombre. Y eso que el tío me caía bien. No debería haberle hecho caso cuando me llamó, podía fingir dormir como cuando me llaman para bañarme.”

Flotando.

“Si bien me parecía estar todo en orden; el transmisor, las frecuencias, las coordenadas (a lo mejor hubiera preferido aparecer cerca de la perrera, no me hubiera desagradado aparecer así de repente para impresionar a alguna perrita).”

Flotando más.

“El tío se lo había currado. Si solo no hubiera utilizado un ordenador con sistema operativo Windows…”

Y, de repente, desapareció.

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